lunes, 15 de diciembre de 2008

I wish you a f... Christmas!

Vivimos, nos guste o no, en un país pasional donde los haya. Cualquier opinión discrepante da pie a las más enconadas discusiones, que (sólo) a veces llegan a las manos. El fútbol, el tráfico, la política, los vecinos de la escalera, el niño coñazo del tercero, la crisis, quién vive mejor, qué coche corre más... O sea, a ver quien mea más lejos.

Con el tema de la Navidad no podía ser menos. Hay dos bandos bastante equilibrados: los navideños y los anti-navideños. O los que dicen odiar la Navidad por que es más fashion y moderno. El tercer bando que parece existir en cualquier disputa, los de ns/nc, parece que se los ha tragado la tierra. (Inciso: falta mencionar a Reyes Magos vs. Papá Noel, pero aquí si que hay quien es un chaquetero y se apunta a todo. ¡Menuda cara!. Fin inciso).

Particularmente me decanto por la opción b: no me gusta. No entro a juzgar la vertiente religiosa y/o cultural que toda fiesta tiene, porque ni soy religioso ni conozco lo suficiente la parte cultural no relacionada con el Cristianismo en general. Pero lo que sí me parece deleznable es todo el envoltorio de la celebración: el consumismo machacón, que todos odiamos pero en el que todos caemos; la fiesta-espectáculo por definición, con luces, belenes, árboles, decoración y demás; el tener que aparentar ser feliz por decreto, "porque es Navidad"; el tener que aparentar ser buena persona sólo durante unos días, "porque es Navidad"; comilonas y cenorrios por doquier, con gente que no tragas ni te soporta, pero que "porque es Navidad" se te cuelga del hombro a llorarte sus penas borracho como una cuba; el "me llena de orgullo y satisfacción" que cada uno interpreta según quiere; las campanadas, con las fiestas saca-cuartos; las galas navideñas con artistuchos del tres al cuarto, rancios, pasados, que parecen sacados de un saldo; saltos de esquí y concierto de Año Nuevo desde Viena; las cabalgatas de Reyes...

Por lo único que he mantenido un poco la ilusión es porque, tanto en Suiza como aquí en Madrid, regresaba a mi tierra y podía estar unos días de descanso más o menos estables con la familia y los amigos. Como El Almendro, aunque yo no hacía la mili todos los años. Algo es algo.

Visto como está el patio, lo menos malo que puedo decir es

¡Feliz Navidad!


Nos vemos en Enero.