jueves, 3 de julio de 2008

Cachas (II)

Poco a poco me doy cuenta que los gimnasios encierran todo un ecosistema de personajes curiosos. Entre la jungla de hierros y máquinas de tortura propias de la Inquisición que decoran el interior de cualquier gimnasio pulula una fauna de especímenes de ambos géneros de lo más dispar. Tanta biodiversidad sólo la he encontrado en Lavapiés, el Soho londinense y cierta Facultad de la Universidad de Valencia (aunque yo sea de la Politécnica, la curiosidad me puede). Sin vivir en una ciudad cosmopolita, me he dado cuenta de la cantidad tan grande de diferentes tipos de personajes que habitan en los gimnasios. Debe ser que no sólo pasa aquí.

Los especímenes masculinos se pueden clasificar en los siguientes grupos:

  • Profesional: modelo 2(ancho)x1(fondo), independientemente de la altura del individuo. Si nos limitamos a mi entorno, puedo citar al monitor de mi gimnasio, que ha competido a nivel nacional, un rumano concentrado 100% que parece un leñador de Transilvania y una simbiosis extraña entre excarcelario y portero de discoteca, con la piel tapizada de tatuajes.
  • Pseudo-profesional: aunque con el cuerpo trabajado, no llegan ni de lejos, al modelo profesional 2x1. los más abundantes. Si hay algo que los caracteriza es la agresividad: parece que hayan comprado todas las máquinas del gimnasio. Tienen su rutina de ejercicios bastante depurada y no dejan que nada les distraiga. Y cuidado con cruzarte por la calle con su Peugeot ultra-tunning total.
  • Los normales: como yo, que hacemos lo que podemos.
  • Carne de agujetas: suena despectivo, pero es lo que parece. Visitan el gimnasio como si fueran de cañas a un bar nuevo: lo prueban todo. Así acaban, sin poder moverse, odiando la mala hora en que decidieron hacer un poco de ejercicio.
¿Y las féminas? ¿Qué pasa con ellas? Pues dejando aparte las que "no vamos al gimnasio porque no lo necesitamos" (no voy a dar nombres), también existen especímenes extraños y clasificaciones para ellas:
  • La monitora de aerobic, profesional. Sólo diré que la primera vez que me crucé con ella, yo estaba de espaldas y al oirla hablar, dudé. Y cuando me giré para mirar, dudé más.
  • Cuarentonas ociosas: van a aerobic a pasar el rato, a partirse de risa, a quedar para más tarde. Sin objetivos, sin prejuicios. Puede que sean las únicas personas que entienden verdadermanete esto de hacer ejercicio.
  • Vampiras: en los treinta y tantos. Están buenas. Y lo que es peor, lo saben y te lo restriegan por la cara. Vienen al gimnasio como al coto de caza. Se rehuyen mutuamente, como los leones al entrar en territorio ajeno.
  • Proto-profesionales: fanáticas del ejercicio físico, que no de la musculación (menos mal). Parece que sólo que viven para correr más tiempo, hacer más abdominales, darle más a la bici. Creo firmemente que tienen un problema psicológico: no parecen convencerse de que las tetas nos gustan. Normalmente revolotean alrededor de los grupos pseudo-profesionales masculinos.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, lo que se aprende contigo.

Ahora que, pensando, pensando, no sé donde me englobaré yo, "no voy al gimnasio por que no lo necesito" aquí imposible, lo necesito, pero no me apetece.

Ahora bien, si voy, de vampira nada de nada, ufff eso de revolotear como las mariposas no va conmigo.

Je,je, seguire con mi rutina, ejercicios en casa, una buena dieta y trabajando como una loba, de momento funciona, ya van tres kilitos menos.

Un beso, simplemente yo.

Jeanne dijo...

Vaya, como yo no voy al gimnasio me quedo fuera de todas las clasificaciones...

:-)

El Lobo Feroz dijo...

Marina, no te preocupes. Lo importante es el resultado.
Jeanne, seguro que eres de las que no van porque no lo necesitan ;-)

Gracias por pasaros.

Joseph Cartaphilus dijo...

Me siento identificado con los agujeteros que luego se van de cañas salvo que haya bar en el gimnasio en cuyo caso ni siquiera entran. Por cierto, me gusta las vampiras, pero sobre todo la descripción de ellas. Exagerada pero muy divertida

Dichosas vampiras que siempre pasan de mi cuello

Lunarroja dijo...

Me he divertido mucho leyéndote... sobre todo desde que hace un mes empecé a ir a un gimnasio.

Por edad no tengo más remedio que ubicarme en el capítulo vampiras, aunque no te diré que te equivocas en la descripción... por lo que veo en muchas de las chicas con las que me cruzo. Pero claro, te ha faltado en el capítulo de las normales, que también existimos y que el coto de caza lo dejamos para lugares donde podamos estar un poco más monas...
;-)

El Lobo Feroz dijo...

Joseph, coincidimos 100% en todo lo que dices de las vampiras.
Lunaroja, ¿normal vs. vampira? Creo que sólo es cuestión de matices, las vampiras están muy monas.

Anónimo dijo...

hola amigo, te felicito por tu blog y te espero en el mío:


www.unhombrefrentealespejo.blogspot.com

saludos.

reg.

Bego dijo...

1) Me tranquiliza SABER q no estoy dentro d ninguno d esos prototipos.

2) Sería la facultad de Filosofía/Psicología? xDD (la mira era la de enfrente...)